Madame T, te he conocido y siento que te conozco de otra vida, siento que te he leído y te he enseñado, siento que te formé el carácter y que has vuelto a esta vida para reencontrarnos y seguir aprendiendo de mí.
Mme T, sé que eres un alma libre, como la hipster de mis sueños, tienes el corazón puro, frágil y vacío, veo en tu mirada muy observadora, ese brillo que solo se ve en las personas puras de corazón, como la mirada de un niño antes de ser un impío.
Sé que eres una lectora empedernida y que lees tanto o más que yo y que cuando te regalé esa edición de Cuco, te emocionaste y me amaste, pero en secreto porque estás comprometida y eres tan buena y tan pura que serías incapaz de dañar a alguien a propósito.
Cada vez que te veo y te conozco un poco más y me sonríes siento que me acerco más a mi vida anterior, donde estoy seguro que sí nos conocimos, y se me acelera el corazón y me emociono y me siento feliz.
Mme T, espero volverte a ver en esta vida o la siguiente.