jueves, 2 de mayo de 2019

Porque solo ella hace que quiera escribir

Soy, entre otras cosa, una escritora, escribo porque no sé hacer otra cosa, soy un desastre con los negocio y por eso escribo pero escribo cuando puedo porque me da pereza escribir, también me da pereza trabajar, no me gusta trabajar, no me gusta depender de nadie excepto de mi papi, que tiene mucho dinero y me apoya para que siga escribiendo, aunque no está muy de acuerdo con que sea escritora y marihuanera, porque a parte de escritora, soy fumona y pastillera.

Cada mañana al despertar busco la inspiración del día para poder abrir mi computador y también abrir mi mente y poder escribir. Para buscar la inspiración prefiero fumar un porro verde, lleno de marihuana pura, y poder escribir libre. Seré tan libre que mi familia tiene miedo cuando escribo, porque cuando escribo no paro, no tengo temor de el qué dirán, me chupa tres huevos lo que piense mi familia, mi papi y tu puta madre, yo escribo porque es lo único que sé hacer en esta vida, porque soy una treintañera marihuanera y pastillera que odia trabajar y prefiere escribir desde su sofá en el barrio de Escaldes en el Principado.

Además de escribir y fumar y no trabajar, tengo un gusto innato por los vinos. Me he pasado todos los años de mi vida joven y adulta bebiendo vino, porque el vino me encanta y el vino combinado con los porros puros de marihuana y las pastillas me hacen escribir mejor.

He gastado todo mi dinero, que es mucho, en vinos franceses caros y de las  mejores cosechas y de las mejores bodegas, porque soy así, me encanta el vino y me ayuda a escribir y si le sumo una buena tajada de queso Brie podría pasar todo el día escribiendo, entre vinos, queso Brie, porros de María puros y pastillas. 



miércoles, 14 de diciembre de 2016

Han pasado 2 años 1 mes y 13 días

Te vuelvo a pensar y cuando trato de no hacerlo te veo y te siento en el plano lírico.
No entiendo por qué lo hago y lo siento a pesar de tantos tantos años, doce.
¿Es que acaso al otro lado del mundo sigues siendo inolvidanle como el primer día?

Eres y seguirás siendo la persona por la que más siento en este mundo.

RFNR

miércoles, 6 de julio de 2016

Mi abuelo del barrio de Miraflores

A mi abuelo el comunista que tomaba vinos franceses y comía queso Brie

Soy nieta de un sociólogo famoso, un sanmarquino poeta y mitómano, un penderejete, un bohemio y un amante de los libros, un hombre comunista y de pensamiento rebelde, un comunista que vive como un capitalista en el barrio de Miraflores. 
Todos los domingos del verano mi mamá me llevaba a la casa de mi abuelo comunista en el barrio de Miraflores, para comer tallarines en salsa roja que él mismo cocinaba, siempre recuerdo que nos subíamos en su bicicleta con dos asientos y manejábamos hasta el mercado de Surquillo para comprar los ingredientes para preparar la pasta y la salsa, mi abuelo el comunista que vivía y comía y bebía como capitalista, siempre me decía que lo esencial para una buena salsa roja eran los tomates. Los tomates tenían que estar maduros para que la salsa tenga la acidez perfecta. No sé si era por la acidez o porque cada vez que mi mamá y yo íbamos a verlo tenía que comprar más tomates para la salsa roja y los tomates maduros siempre están más baratos, seguro en su alma roja y socialista y en su espíritu comunista de derecha, no quería gastar dinero en más tomates para nosotros.

Mi abuelo fue quien me enseñó dos cosas importantes en la vida, primero, el amor por la buena lectura y segundo, a surfear en la playa la Herradura en la Costa Verde.
Él era un amante de los libro y cuando yo era pequeño esperaba toda la semana para que sea domingo y mi mamá me lleve a casa de mi abuelo para comer pasta con salsa roja y para después del almuerzo ir a la biblioteca de mi abuelo en el segundo piso de su casa y escoger un libro al azar y quedarme toda la tarde noche leyendo y leyendo libros que a esa edad seguro no entendía mucho y ahora tampoco..
También esperaba toda la semana el domingo, porque a demás de subir a la biblioteca de mi abuelo y mirar los cientos de libros que almacenaba en sus estanterías altas, sabía que en una caja debajo del asiento de su escritorio guardaba cigarrillos ya armados de marihuana noventera, marihuana que el cosechaba de su jardín interior al que muy pocas persona podían entrar.

Si supiera que cada vez que iba le robaba un libro y un porro.




miércoles, 29 de octubre de 2014

La Vie

A Gabriela,

Todas las mañanas me despierto así, siempre estás en mi mente desde que te conocí, todo el tiempo que perdimos y gastamos haciendo cosas que nos disgustaban y enojaban a los dos.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Compañía de oro

A Monsieur T,

Ahora que no te veo todos los días y no puedo cruzar miradas con vos, siento que me hacés falta, siento que no sonrío como lo hacía antes y ahora que no te puedo observar mientras conversas con tus clientes en tu biblioteca de la calle Belgrano, me siento sola, tu mirada me acompañaba y me llenaba de ilusión. Ver tu cabello rojo y tus mejillas llenas de pecas me ponía caliente, vos me ponés re caliente y eso es lo que extraño. También extraño tu acento afrancesado de Conques al sur de Francia.

Sé que no te volveré a ver porque me mudé y tuve que alejarme de ti por voluntad propia, o no tan propia, y porque estás comprometido y te vas a casar con tu novio argentino, sé que querías que sea una amiga para ti pero nada más que eso pero yo no quiero ser tu amiga solamente, tampoco quiero ser tu novia argentina y ya. Lo que yo realmente quiero es que seas mío y mío en el sentido sin sentido. Te quiero enseñar todos los libros que he leído y explicarte todo lo que aún no entiendes por tu corta edad. Quiero leer a Camus junto a ti en mi casa nueva en el carrer de Rocafort en Barcelona, quiero beber una copa de vino junto a ti y junto a ti quiero recitar poesía y también quiero enseñarte toda la música que me gusta y quiero que me enseñes toda la música que te gusta y que me enseñes todos los libros que has leído y que quieres leer, porque así me imagino contigo. Te echo de menos y te extraño y extraño verte sonreír a tus clientes y extraño que me busques la mirada mientras paso y paso y vuelvo a pasar solo para verte, solo para mirarte, solo para tratar de entenderte y de conocerte a través de las miradas, que son más sinceras que las palabras.

lunes, 20 de mayo de 2013

Han vuelto

Desde las penas más duraderas hasta las felicidades más efervescentes son descritas por mí en este espacio que nadie lee ni debería leer porque de una u otra manera sabrían que fui yo, una loca desolada, terriblemente entristecida, re loca y re fumona, que escribe porque no tiene con quien hablar. 

Hoy es su día, feliz día, amores míos. 
Hoy pienso en ambas al mismo tiempo. 
Son frías, mentirosas y perras fieles. 
A una se le ocurrió morirse, a la otra le importó un carajo y sigue viva, sin remordimientos ni miramientos antes de pescar una nueva víctima.

Nacieron el mismo día, tienen la misma voz y los gustos casi idénticos. 
Ambas son del barrio de San Isidro y han estudiado en el mismo colegio, El Belén.
Mis dos últimas ex novias han sido muy buenas amantes, eso no se puede negar, pero si tengo que escoger, y a mí se me da muy bien escoger, me quedo con Shoshana Waisman. 

Si tengo que elegir el amor que sentí por cada una, creo que, no escogería a ninguna, no las amé, solo las quería pero sin más. Un cariño joven, inexperto y perturbado.

Enhorabuena las he conocido y gracias al azar o al destino que ya estoy con ellas, porque era autodestructivo, un trio tóxico y corrosivo. 

Gabriela es una persona taimada, tímida y algo inexperta, pero mala, en el fondo una cucaracha gorda, sin ser gorda, una mujer joven pero insana, esquizofrénica y torpe, profundamente religiosa y cucufata. Una oligofrénica del orto.

Shoshana Waisman, en cambio, es una mujer hermosa, morena, y muy judía, re drogadicta y adicta, en su momento, a mí. Desinhibida como ella misma, una loca promiscua que es incapaz de mantener un compromiso con alguien, o de mantener promesa, incapaz de mantenerse sobria porque siempre está hasta arriba de coca y de pastillas barbitúricas.

Salud.




domingo, 6 de enero de 2013

2013

Son las nueve y estamos lejos, son las nueve y te he descubierto, son las nueve y me equivoco. Son las nueve y me alboroto.