"Gabriela, perra cabrona adorable, no huyas de mí. Alma, perra cabrona adorable, huye conmigo"
Gabriela me mira con creciente crispación y dice:
-No me amas, huevón. tienes miedo de quedarte solo. No me amas, me necesitas, que es muy distinto.
No sé si Gabriela tiene o no razón, pero en ese momento, en ese jodido punto de la autopista, siento que la amo y que la necesito y que no quiero vivir un puto día más sin ella ahora que parece que viviré muchos más días de los que tenía pensados.
-Lárgate. Déjame en paz. No quiero verte más
Me quedo parado a duras penas mientras ella me mira y sentencia:
-Estoy harta de ti. Me has jodido la vida muchas veces. Piérdete, huevón. No me sigas. No quiero verte más, ¿entiendes?
Me quedo en silencio con las manos en los bolsillos, sin poder mirarla, porque su mirada asesina me quema las entrañas, hay tanto odio y rencor en ella que me hace sentir una cucaracha...
-¿Entiendes?-grita ella.
-Entiendo-balbuceo.
-¡No me sigas! ¡No quiero verte más!-se exalta-, y enciende el motor y se va rumbo al sur.
Voy a seguirte y voy a matarte, perra de mierda.
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