domingo, 30 de octubre de 2011

Te vas a comer el mundo, con tu olor a almizcle

Ari no sabía que sentir en ese momento, en ese momento en que la duda y la desesperación se apoderaban de su mente. Ari es tonto, es preocupado, es desesperado y también es un iluso de los mil demonios.
Mientras escucha una canción en su iPod y piensa en todas las posibilidades que tendría frente a un hecho como el que se imagina, tiene una idea. Una idea no muy brillante. Una idea poco usual.

 Se le ocurre que transportándose a otras épocas a través de su indiscutible don con los olores, sería mejor.
Ari es capaz de trasportarse a cualquier recuerdo a través de un olor, es algo que muy pocas personas pueden hacer y él es uno de ellos.
En ese momento y para olvidarse de todo, salió a caminar por las calles aledañas a su casa.
Mientras caminaba por la calle La Umbrosa, recordó el significado de esa callejuela para él. Recordó las épocas con Gabriela: su primera novia, su única novia, su novia ya muerta.
En ese instante se olvidó por completo de todos sus problemas y de su preocupación principal.
Recordó cuando caminaba y hacían tonterías juntos. ¡Gabriela cuanto te extraño! - exclamó.
Repentinamente sintió o se imaginó, el aroma de Gabriela. Ese aroma es indescriptible. Ari recordó el momento en que por su aroma indescriptible conoció a Gabriela.
Era primavera del 2003, día caluroso, día de ejercicio en el colegio La Inmaculada. Mientras caminaba por el centro deportivo del distrito en donde vivía y fue feliz algún día, se cruzó con un olor que nunca antes había sentido, un olor que no pudo describir, un olor adictivo; más adictivo que su gusto por los videojuegos; un olor que lo empapó de misterio y a la vez lo cautivó para siempre. 

Era ella, era ella y su indescriptible olor. Era Gabriela. Era su ángel. Era su vida y también su muerte.
De repente no quiso nada más que volver a estar cerca esa chica de color canela y cabellos de chocolate.
Quería saber su nombre quería saber de donde era y hacia donde se dirigía, quería saber todo respecto a ella. Estaba enamorado, estaba enamorado de ella o y de su olor a almizcle.
De forma muy taimada siguió a Gabriela hasta su casa y para sorpresa de él y de todo sus conocimiento ella vivía a solo dos casas de la suya. ¿Cómo no lo he notado? - exclamó.
¿Quién es ella? ¿De dónde ha salido? - preguntó.

Ari que no era ni es, exactamente la clase de persona a la que le gusta conocer a alguien pero tenía ganas de ella, ganas de conocerla. Estaba entusiasmado, estaba emocionado como casi nunca en su vida.
Quería verla irse a la escuela todos los día entre las siete y media de la mañana - todos los días.
Ari quería conocerla. Quería presentarse pero era y es actualmente un cobarde y un vergonzoso como ninguno.
Pasó el tiempo y Ari se convirtió en novio de Gabriela. Novio de cuatro primaveras. Novio perpetuo, aunque Gabriela no lo permita más.

La vida me quedaría corta, Ari.



La folie de Ari

Ayer escribí y hoy también lo haré.

No había duda que estaba en una sequía mental. Estoy entusiasmado hasta el tuétano por verte, estoy emocionado por mirarte, estoy feliz  de que tu muerte sea inminente.

Tengo mucho por escribir y mucho por inventar, creo que mezclando esos dos elementos ( la realidad y la ficción) se te hará más fácil de entender que este pandemonio  es alguien que no está muy bien de la cabeza y que si no fuera por ese don o algo que parece a un don; de escribir e inventar, ya estaría encerrado en algún lugar de la ciudad leyendo y arrancando la hojas. Porque no le gusta tener biblioteca y lo único que sabe hacer es leer, y mientras  lee los libros los va deshojando. Algo que le gusta mucho y aprendió a hacer en tiempos de austeridad.

Si es lo que me imagino no sabría que hacer. Me reiría. Me sorprendería. Me entristecería. Me mofaría.
Si es lo que me imagino. Me dolería y me gustaría. Solo si es lo que me imagino.
Entendiendo que tengo mucha y muy dibujada imaginación, me doy cuenta que nunca acierto y quién sabe nunca acertaré.


Vuelvo y repito: No puedes. No debes. No deberías.

Ari


sábado, 29 de octubre de 2011

El Pandemonio que nadie ve

Haces mal en hacer esto, lo sé. lo he visto venir.

No hace muy pocos días tuve este presentimiento, el presentimiento de que volvería a pasar y escribo porque tengo la determinación y la certeza de que escribiendo o tratando de escribir dejaré de lado esas dudas de sus verdaderas intenciones o por lo menos me relajaré y no estaré pendiente de sus movimientos.

Poco a poco y gracias a la experiencia me he dado cuenta de muchas cosas, por ejemplo: Que no debo esperar nada de nadie, y mucho menos de ella. Y también que nada es real hasta que lo vea, pero soy miope.

También aprendí que ustedes dos no volverán a estar ni siquiera cerca. ni a un par de pasos.

Gracias a que fui mesurado y parco con mis actos no hice la mayor estupidez que podría haber hecho en mi vida, y que ahora hubiera estado arrepintiéndome hasta los huesos, avergonzado, humillado y ahuevado.
Pero no, gracias a mi ojo y a mi sexto sentido para con Gabriela, esto no sucedió.

A partir de hoy empieza una historia, a partir de hoy volvemos con El Pandemonio que nadie ve.

sábado, 22 de octubre de 2011

Un mes desigual

Este servidor anónimo, o por lo menos intento serlo, tiene escribiendo en este espacio un mes. Hace un mes fue uno de los momentos mas vergonzosos de mi vida. Hace un mes volví a usar mi blog, borré todas las entradas anteriores y me adentré en esta aventura que es la escritura de ficción y relatos reales. Creo que sería enfermizo y hasta ezquisofrénico seguir con esto, Gabriela está más lejos que nunca y las posibilidades de que suceda algo entre nosotros son tan difíciles que pienso que Palestina recuperará su libertad antes de que yo vuelva con ella. Hace no mucho tiempo que no escribía, no tenía nada que decir. Estaba ahuevado, estaba ahuevado por ti Gabriela  Gracias a tus actitudes y a los treinta días que ya pasaron, me di cuenta que era una pérdida de tiempo.

Es un esfuerzo innecesario el que hago para caerle bien. Es más triste que la indiferencia a esa niña china.

Es triste que despues de tantas cosas buenas, y también malas, y mas buenas que malas creo yo, todo siga igual o mejor dicho, todo es nada y nada es todo. Creo que hoy siendo casi las siete de la tarde y ya casi shabat me he dado cuenta que nunca más volveremos a estar juntos. Eso es algo que me turba y tambiénme alivia.

Hoy se cumple un mes, un mes desigual, un mes de altos y bajos, un mes con deseos no satisfechos, un mes con actitudes buenas y también malas, un mes en el que no era yo, un mes que sería mejor olvidar. Así como olvidarte a ti. Olvidar todo lo que eres y todo lo que hiciste.

domingo, 9 de octubre de 2011

YO ESTOY AQUÍ PARA DECIR MENTIRAS Y USTEDES PARA CREERLAS

"...Y hoy voy a mentir y me van a creer. Me gusta mentir y es algo que disfruto mucho. Me gusta que me crean y que crean todo lo que digo."

Me gusta escribir porque soy mentiroso y me gusta escribir porque me lo invento todo o casi todo pero no todo lo que escribo es mentira. También escribo porque es mi trabajo no remunerado favorito, tengo muchos oficios no remunerados por elección propia, y creo que escribiendo me libero y libero mi alma de mentiroso profesional y mitómano compulsivo y camaleónico.

Breve resumen de todos los yo que conozco, de momento.

Por otro lado, a parte de escribir también me dedico a la enología y a la viticultura y tengo una amplia experiencia en el mundo de los vinos, espumosos y espirituosos.

Uno de mis otros yo, es un experto cocinero privado que trabaja con la familia Ezkenazi, una familia de judíos ricachones en el centro de Tánger. Con una vida de puro lujo en este puerto hermoso en el reino de Marruecos, con el corazón en la mano este hombre bienaventurado se pasa el día fumando hashis y cocinando para su jefe en todos lo eventos sociales de esta ciudad bohemia y alicorada.

A la vez existe Ariel Bendayán que por casualidad y pura casualidad también es judío y sefardita y está enamorado de una tal Gabriela hace ya como trescientos años desde que se conocieron en un hospital de campaña, en Marsella, durante la peste bubónica.

Existe también, dentro de mí, una escritora jubilada a los treinta y a demás de escritora es marihuanera, pastillera y floja. No le gusta trabajar porque prefiere quedarse en casa con su familia y también le gusta ser mantenida y vivir del dinero que su papi le da de tanto en tanto para salvar su estatus de vida derechista cuando se hace pasar con comunista escamoteada.

Otro alter ego se dedica al espionaje en Corea del Sur y es un experto taekwondista con los meniscos hechos polvo de tanto lanzar latigazos con las piernas, divorciado y luego casado con Mei Chok, se gana la vida como rastreador de cámaras ocultas en los hoteles en le distrito Jongno-gu en el centro de Seúl.

Es así, escribir.






Yo estoy aquí para decir mentiras y ustedes para creerlas.

sábado, 1 de octubre de 2011

Palabras Cortas

Fragmento,

Yo quiero hacerlo, Yo quería hacerlo.
Tu manera lacónica  de hablar me desanima, y me dice que por lástima podrías estar haciendo esto. Mi Querida Watson no necesito tu lástima ni tu misericordia y mucho menos tu hipócrita compasión. No te esfuerces que lo noto a leguas. Demuéstrame que lo que dices es verdad, o que tiene algo de eso, sino lamentablemente no podré verte, ni haré el esfuerzo que antes hubiera hecho. No haré el ridículo otra vez, lo prometí y eso va en serio. No más humillación por tu perdón, no más.

Puedo hacer otras cosas, puedo hacer todo, pero no me humillaré otra vez. Te quiero, te amo y porque te amo con sentimiento verdadero, no pienso hacer eso.

Gabriela solo demuestra lástima ficticia, lástima fingida, lástima que no se la creería ni su propia madre. Pero, hay algo que me gusta y siempre me ha gustado, será porque no he conocido a nadie capaz de hacer eso, la forma de expresar sus sentimientos, siempre muy bien escondidos y protegidos. Eso me confunde, eso me hace creer, eso me hace dudar y casi siempre ser un perfecto iluso.

Gracias por ser así Gabriela, gracias por hacer que esté ahuevado por vos.
Gracias totales.