No hace muy pocos días tuve este presentimiento, el presentimiento de que volvería a pasar y escribo porque tengo la determinación y la certeza de que escribiendo o tratando de escribir dejaré de lado esas dudas de sus verdaderas intenciones o por lo menos me relajaré y no estaré pendiente de sus movimientos.
Poco a poco y gracias a la experiencia me he dado cuenta de muchas cosas, por ejemplo: Que no debo esperar nada de nadie, y mucho menos de ella. Y también que nada es real hasta que lo vea, pero soy miope.
También aprendí que ustedes dos no volverán a estar ni siquiera cerca. ni a un par de pasos.
Gracias a que fui mesurado y parco con mis actos no hice la mayor estupidez que podría haber hecho en mi vida, y que ahora hubiera estado arrepintiéndome hasta los huesos, avergonzado, humillado y ahuevado.
Pero no, gracias a mi ojo y a mi sexto sentido para con Gabriela, esto no sucedió.
A partir de hoy empieza una historia, a partir de hoy volvemos con El Pandemonio que nadie ve.
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