sábado, 29 de octubre de 2011

El Pandemonio que nadie ve

Haces mal en hacer esto, lo sé. lo he visto venir.

No hace muy pocos días tuve este presentimiento, el presentimiento de que volvería a pasar y escribo porque tengo la determinación y la certeza de que escribiendo o tratando de escribir dejaré de lado esas dudas de sus verdaderas intenciones o por lo menos me relajaré y no estaré pendiente de sus movimientos.

Poco a poco y gracias a la experiencia me he dado cuenta de muchas cosas, por ejemplo: Que no debo esperar nada de nadie, y mucho menos de ella. Y también que nada es real hasta que lo vea, pero soy miope.

También aprendí que ustedes dos no volverán a estar ni siquiera cerca. ni a un par de pasos.

Gracias a que fui mesurado y parco con mis actos no hice la mayor estupidez que podría haber hecho en mi vida, y que ahora hubiera estado arrepintiéndome hasta los huesos, avergonzado, humillado y ahuevado.
Pero no, gracias a mi ojo y a mi sexto sentido para con Gabriela, esto no sucedió.

A partir de hoy empieza una historia, a partir de hoy volvemos con El Pandemonio que nadie ve.

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